Nos abrimos al placer a través de movimientos suaves, largos y envolventes acompañados de la respiración y grandes movimientos de energía. Terminamos en visualización guiada para alinearnos a la fuerza de la vida que nos sostiene desde el placer.
Deja que la experiencia del abandono, de tí misma o de los demás, permanezca en el pasado.
Algunas veces el rechazo es una forma divina de protección. Nunca estás solo.