Nos abrimos al placer a través de movimientos suaves, largos y envolventes acompañados de la respiración y grandes movimientos de energía. Terminamos en visualización guiada para alinearnos a la fuerza de la vida que nos sostiene desde el placer.
Práctica de pie de elongación y apertura del torso, templo del corazón y de la voz. Concluimos con una meditación guiada y acompañada con cuenco alquímico.